Moisés tiene 120 años y su muerte se aproxima, su responsabilidad es la de preparar al pueblo para que sobreviva sin su liderazgo.
Cap.31, 12: Moisés ordena que todo el pueblo se reúna cada siete años, hombres, mujeres y chicos, así como los extranjeros que vivan entre ellos, afín que ellos escuchen y se eduquen, y reverencien al Eterno, vuestro D’s, y se apliquen a practicar todas las palabras de la Torá.
¿Porqué los extranjeros? Ellos sólo tienen que cumplir con las leyes de Noé, nos con los 613 mandamientos. Por lo menos no se trata de todos los habitantes del mundo, el versículo es realista en requerir sólo la presencia de los extranjeros que vivan entre los judíos. Pero ellos no tienen pacto alguno con D’s, ¿por qué entonces tendrían que respetar esto o aquello que está escrito en la Torá?
La teoría es simple: si escuchan la palabra divina, entenderán automáticamente su origen y se dedicarán a aplicarla - de hecho, ese encanto a los oídos ya ha ocurrido en buena medida con el cristianismo, que ha adoptado una traducción de la Torá como texto propio -. Además, ¿Cómo vivir con extranjeros en una sociedad judía si ellos no respetan los textos sagrados de la mayoría? Esa parte es más problemática: nosotros los judíos hemos sido siempre minorías en la Diáspora y no nos gusta ser inculcados con lecciones de religión de las mayorías con las cuales convivimos, ¿por qué entonces deberíamos dar clases de Torá a los extranjeros que viven con nosotros cuando nos convertimos en mayoría?
Adoptemos otra perspectiva: los judíos sostenemos tener pacto con D’s, los otros pueblos no lo tienen. Pero todos somos criaturas divinas. Y si esas criaturas divinas que son los gentiles no tienen pacto alguno, y si D’s sólo habló con el pueblo judío y no habló ni hablará con ningún otro pueblo, ¿qué les toca hacer a los gentiles, simplemente venir a preguntarles a los judíos lo que tienen que hacer o no hacer? Si D’s no tiene contacto con los gentiles, sólo con los judíos, si a los gentiles les está permitido hacer lo que les parezca mientras respeten los siete mandamientos de Noé, pero a cambio de esa enorme libertad no tienen contacto alguno con el verdadero D’s, ¿qué les toca hacer, simplemente escoger sus propias reglas como les plazca? ¿Serán suficientes los siete mandamientos? No lo creo.
Mi lectura del versículo es la siguiente: la Torá es material de escucha para todos, judíos y gentiles. Los judíos tienen su pacto particular, pero los gentiles pueden escoger voluntariamente escuchar y someterse a D’s y reverenciar el texto divino. Esta no es la doctrina oficial de la ortodoxia judía, en la cual los judíos son el pueblo elegido y no se entrometen con lo que hacen los gentiles con su vida ni juzgan sus principios morales. Es más, lo que yo leo en el versículo 12 es una orden a los judíos para traigan a los extranjeros que vivan en su seno a escuchar, es decir hacer un esfuerzo positivo para que ellos entiendan y reverencien la Torá.
En esta interpretación, la Torá es para todos; obligatoria para los judíos, opcional para los gentiles. Es responsabilidad de los judíos que los gentiles escuchen la Torá y que decidan qué quieren hacer. Pero nunca lo hemos hecho, por razones históricas evidentes: nuestro anti-proselitismo, nuestra negación a educar a los gentiles en las palabras de la Torá han sido nuestra mejor defensa contra el proselitismo exterior y los intentos para “educarnos” en las palabras de religiones que no son la nuestra. Es un mandamiento latente, esperando tiempos históricos propicios. ¿Lo habremos también olvidado después de tantos siglos?
Esta es mi interpretación de lo que leo en esta parashá; ¿Y si tratásemos de educar a los gentiles en las palabras de la Torá, no sería todo mejor para nosotros, para ellos, y para el mundo que nosotros debemos mejorar como misión fundamental de nuestras vidas?
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