sábado, 25 de octubre de 2008

Parashá Bereishit - No es bueno que el hombre esté solo

..ֹ לֹא-טוֹב הֱיוֹת הָאָדָם לְבַדּוֹ






No es casual el regocijo de recomenzar la lectura de la Torá con la parashá Bereishit: al saborear cada frase nuevamente y encontrarle un nuevo significado, nos damos cuenta que no hemos vivido en vano. Un año más ha pasado y lo que hemos aprendido nos permite apreciar la vida desde ángulos cada vez más complejos y sutiles: un año más de experiencia y un año más lejos de la Creación.






Volver a recitar Bereishit nos hace comprenderla cada vez mejor y comprendernos cada vez mejor. Bereishit es la crema de las parashot. Entre tantas riquezas infinitas del texto de Bereishit, la frase que me inspira hoy para escribir es: no es bueno que el hombre esté solo (לֹא-טוֹב הֱיוֹת הָאָדָם לְבַדּוֹ).






La sociedad contemporánea, desoyendo la recomendación bíblica, declama que no es bueno no hacer ejercicio, comer malsano, la imprudencia al volante y la imprudencia en general, los excesos de placer y la ausencia de goce, la falta de vacaciones y descuidar el trabajo, la indisciplina y la rigidez psicológica, consumir en exceso y no consumir. Así, esta sociedad es una sucesión caótica e infinita de carteles publicitarios advirtiendo lo que no es bueno.Entre tanta cacofonía de consejos, leer Bereishit refresca la memoria y reordena las prioridades: es cierto lo que dicen esos carteles, que todo eso no es bueno, pero lo que sobre todo no es bueno es estar solo.






Una parte considerable de los hombres y mujeres contemporáneos viven solos: muchos por la suerte agria de haber sobrevivido a sus parejas, familias y amigos, otros por el exilio, la timidez o la depresión. Muchos otros escogen la soledad como modo eficiente de inserción en la sociedad de consumo, es decir: la compañía destruye la libertad, la libertad sexual y la libertad de movimiento, la libertad de decidir sin límites que hacer, cómo, cuándo, dónde y de qué modo. Para disfrutar a pleno las posibilidades materiales infinitas de la sociedad contemporánea lo ideal es ser libre, completamente libre. Es decir, es bueno estar solo.






Es así que, al crecer la distancia temporal con la Creación y el olvido del comienzo de todo, la sociedad de hoy nos deja solos, abandonados en el tiempo y el espacio a nuestra suerte, frente a una pantalla de televisión o de computadora, buscando qué hacer, cómo, cuándo, dónde y de qué modo, llenos de libertad pero vacíos de referencias – es decir, un objeto de manipulación, no un ser humano libre de decidir su destino -.






El antídoto: volver a la lectura de Bereishit y recordar otra vez el origen del mundo y que aún estamos vivos, entender cada vez mejor los calidoscopios cambiantes de cada palabra, de cada letra, hacerlo juntos.Yo creo que si Adam hubiese estado solo frente a la serpiente, como lo estuvo Eva, el también podría haberse dejado seducir por la serpiente.






No es bueno que el hombre este solo no sólo porque es insoportable el estar solo, sino también porque al estar solos hacemos lo que no es bueno, para al final quedarnos con labios agrios de un fruto que no deberíamos haber mordido. La crema en los labios, dulce como la miel y fresca como un nuevo comienzo, eso nos propone en cambio Bereishit.

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